Esta beldad se agiganta, con la celebración cada año de una jornada colmada de sonrisa, agasajo, y amor dedicado a ese ser dechado de virtudes, que es la Madre.
El segundo domingo de mayo en Cuba, deviene reunión familiar, donde el principal reclamo es la hidalguía de los retoños, sol de nuestra alma.
Sin embargo, hay hijos privados del tradicional momento de bendición y reconocimiento a esa persona que es brújula en los quebrantos y luz en la nocturnidad.
Frías e injustas rejas les impiden el anhelado beso a la mamá querida. Nuestros Héroes Prisioneros del Imperio no vivirán el abrazo filial y de íntima felicidad.
Tampoco, el instante de planear el acontecer de mañana, ni saborear la sabrosa comida que solo ella sabe hacer.
.
En cambio,
estarán con nosotros el honor intacto,
la moral alta, y el espíritu de esos compatriotas, porque el amor y la
justicia no entienden de distancia.
.Este segundo domingo del quinto mes del año, puede ser una nueva oportunidad para que todas las madres aúnen voluntades y esfuerzos, en la lucha por la liberación de cinco hermanos presos injustamente en los Estados Unidos hace más de 14 años.
Hagamos de la fecha una mezcla de afecto y homenaje, denuncia y patriotismo, para que como flores se abran nuevas esperanzas.
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