Esta afirmación revela una costumbre que trasciende épocas y se hace imprescindible en nuestros hogares a la hora de obsequiar a familiares, amigos y visitantes.
En el desayuno, después de las comidas, en reuniones y cuando se asumen extensas jornadas de trabajo o estudio, saborear una taza de esta popular bebida es para muchos placer insustituible.
El humeante “buchito”, es parte inseparable de nuestra identidad, e inspirador para emprender un nuevo día, con sus retos y desafíos.
La codicia por el café va más allá del agradable aroma, el distintivo sabor y su efecto estimulante. Según investigaciones realizadas, posee cualidades medicinales que lo hacen más exquisito.
Versiones digitales señalan que por la cantidad de antioxidantes, puede influir en el retraso del proceso de envejecimiento, prevenir determinadas enfermedades y disminuir el riesgo de contraer otras.
Muy bien resumió José Martí la riqueza de algo que forma parte de la vida diaria: “El café es jugo rico, fuego suave, sin llama y sin ardor, aviva y acelera toda la ágil sangre de mis venas”.
Similar al café en delicia y beneficio
Altamente consumido en el mundo es también el Té. Se recomienda en horas tempranas y por la tarde, para acompañar una conversación o en el momento que cada cual escoja.
Sin duda, es dueño de un valor especial al punto que cada vez gana más seguidores y hay hasta quienes sustituyen el café por el Té.
De cualquier forma, frío o caliente, resulta agradable al paladar, y al igual que el café, posee propiedades que ayudan a la salud.
Hay estudios que reflejan su carácter antioxidante, cicatrizante, bactericida y refrescante .Se dice que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, protege contra las caries, y es un magnífico estimulante.
El secreto tanto del café como del Té está en ingerirlos sin exageración. Un consumo moderado y frecuente es siempre amigo de nuestro bienestar.
Te y café:Dos aliados en delicia y beneficio.
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