Lo que para otros constituye aspiración, en Cuba es realidad palpable: nada hay más importante que un niño.
Las mejores muestras son la atención de salud que los pequeños reciben, incluso desde antes del nacimiento y gozar del principal derecho que tiene el ser humano, el de ser libre.
El seguimiento clínico a la embarazada a partir de las primeras semanas de gestación, hasta el alumbramiento y posteriormente la educación de cada infante comenzado por el círculo infantil, hablan por si solos de generosidad y protección.
Tanto la mujer intelectual, como la campesina, la estudiante o la ama de casa son atendidas de igual manera en el consultorio médico de su comunidad por especialistas altamente calificados que le dan seguimiento hasta los 9 meses.
No hay pago alguno a esa vigilancia y a la entrega de medicamentos, solo el tributo de dar hijos sanos sobre los cuales se erigirá el futuro de la Patria.
CIFRAS ELOCUENTES:
El pasado año Cuba registró una tasa de mortalidad infantil de 4,5 por cada mil nacidos vivos, y en 21 municipios del país el índice fue de cero.
Solo la obra de la Revolución garantiza el respeto y la atención a los derechos de la niñez.
No hay campaña enemiga ni obstáculo capaces de silenciar la sonrisa, ni apartar a los pequeños del mundo fascinante y conocedor que les corresponde en la sociedad, donde ellos son el tesoro mas preciado.
No hay campaña enemiga, que pueda silenciar la sonrisa, ni apartar a los pequeños del mundo fascinante y conocedor que les corresponde en una sociedad, donde nada es más importante que un niño y en correspondenc8ia son los encargados de erigir el porvenir.
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