Sobran razones para
reafirmar el orgullo de ser cubano y
vivir a lo cubano.
El verde de los
campos, el azul del mar, el gozo de los ciudadanos, la hospitalidad y la calidez humana, son privilegios de un
país, con derroche de maravillas y
bondades, pero no los únicos.
No hay obstáculos
que limiten humanidad y amor en esta bendecida tierra del Caribe. Ni siquiera
las restricciones económicas impiden seguir adelante con valores que nos
identifican en todo el mundo.
Una de nuestras
principales riquezas es la solidaridad, que se pone en alto cada día entre amigos, vecinos,
conocidos, compañeros de trabajo y hasta entre desconocidos. Lo mismo se
expresa aquí que fuera de las fronteras.
Los agramontinos
Ricardo Hernández y Margarita Porto solicitaron, mediante la sección Acuse de
Recibo, de Juventud Rebelde, ayuda para obtener un medicamento que la mamá de
él, de 87 años necesitaba con urgencia.
Es usual en los habitantes de esta tierra no
deparar en problemas ni necesidades personales a la hora de hacer un bien, ya
sea grande o pequeño.
La respuesta ante
la solicitud no nos extrañó y además de conmover, fue reflejo, una vez más, de
la grandeza de mi Cuba y de su gente.
Como
constancia están las palabras de
agradecimiento de los familiares, publicadas en el diario de la
juventud cubana.
“Estas líneas
revelan lo que nuestra familia vivió en horas: un huracán de amor humano. La
primera llamada se efectuó a nuestro hogar a las 6 y 30 de la mañana del pasado
día 11 y tres días después aún continúan llamando”.
Dicen que escucharon términos muy lindos, mediante la
línea telefónica:
“Su dolor es mío”;”¿le envío un giro, pues no tengo el
medicamento, pero si el dinero?;”tome mi dirección y teléfono para que venga a
buscarlo”;”al fin del mundo voy por un medicamento, aunque no conozca al
enfermo”;”somos cubanos y ayudarnos nos hace grande”;”La solidaridad es el gen
de los cubanos”;”díganme en qué puedo ayudarles”.
Es imposible en poco espacio reflejar las innumerables muestras de ternura
enviadas desde distintas partes del país.
¿Habrá otro lugar
en el planeta donde reine ese altruismo? …No hay nada mejor que ser
cubano.
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