Muchas razones elevan
el orgullo de ser cubano.
Una de ellas es que la mayor fuerza médica internacional en el
frente de combate contra El Ebola sea de nuestra pequeña isla.
La reacción de médicos y enfermeros ante la crisis de la letal enfermedad en Africa Occidental
no es casual. Esa actitud forma
parte de la tradicional solidaridad internacionalista
de Cuba, de contribuir con la salud en cualquier parte del planeta.
Suman cientos los
trabajadores del sector que partieron a prestar ayuda humana y profesional en
naciones afectadas por el Ebola, un mal que si no se frena con acciones inmediatas y eficaces pudiera
convertirse en una grave pandemia para la humanidad.
Si bien Cuba está
dispuesta siempre a aliviar el dolor donde quiera que haga falta, a África la
une entrañables lazos.
Como afirmó el presidente cubano Raul Castro,
por las venas de “Nuestra América” corre
sangre africana.
El esfuerzo por la
vida es incuestionable y a ese reclamo acudieron rápidamente especialistas en cuidados intensivos,
cirujanos, anestesiólogos, epidemiólogos y pediatras, en altruista gesto de protección
hacia Africa .
Para los que
ignoran los valores de los cubanos
o no quieren reconocerlos, es difícil
comprender el auxilio de un país pobre y además con un bloqueo económico, financiero
y comercial que sobrepasa los 50 años.
Para nosotros, son familiares las acciones emprendidas por el
personal de salud cubano, ante epidemias o catástrofes naturales.
Recordemos la ayuda
a Pakistán cuando el terremoto de 2005 y
a la República de Haití tras el catastrófico sismo de 2010, por solo
citar dos ejemplos.
Detallar todo lo
realizado durante más de 5 décadas en el plano de la cooperación es imposible, pero
las cifras son elocuentes:
Unos 50000 trabajadores de la salud cubanos
laboran en 66 países de todo el mundo.
En la región
africana han prestado servicios más de 76000 colaboradores cubanos y en la
actualidad existen unos 4 000
cooperantes
Curar y aliviar:
esa es la verdad del heroico ejército de batas blancas, esa es la verdad de
Cuba… Nuestra verdad.
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