![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8FTK4etDPuikgWT32QjfNWfn0Hmryczkuk2XDQr11mrbiJRZFs-dVuoMG4Ajrso4jNSHZRdpy-NMl6h6sdagppPy_FhP-w_zsI677j1DCTWKCHQBHnidi-rP4gLaSjf3fVseAJVvTSSw/s1600/images.jpg)
Paquito,
como cariñosamente le decían murió a los
13 años, con los sueños de ver una Organización de Pioneros, que hoy es realidad,
a todos los infantes felices, y una Revolución como la nuestra.
Nació el 19
de octubre de 1919, en La Habana y junto a los cinco hermanos vivió en el seno
de una familia de extrema penuria, pero de altos
valores, donde aprendió la generosidad, una de las cualidades que más lo
acompañó.
Fue dadivoso
al punto de compartir lo poco que tenía. Así era de grande su corazón.
Sobresalió
como buen estudiante, y al igual que a cualquier adolescente, le gustaba el
cine, la música, el baile, jugar pelota, leer y relacionarse con los amigos que lo recibían bien por su carácter alegre y jovial.
Nada de eso
pugnó con una temprana formación ideológica, en la que influyeron el
pensamiento martiano y la familia.
Cuba vivía
la represión de la dictadura de turno, y Paquito ya definido con inquietudes
revolucionarias integra La Liga de los Pioneros, organización en la que
participa activamente, a pesar del
peligro y del esfuerzo de la madre para disuadirlo.
“Mella ha muerto por la Revolución y
mi deber es ir aunque me maten”.
Así dijo, el día del entierro de las cenizas del
destacado revolucionario cubano Julio
Antonio Mella, procedentes de Méjico.
Efectivamente,
en ese acto de honor encontró la muerte el 29 de septiembre de 1933. Un disparo
de la dictadura cegó la vida de quien
vive más desde que murió. Vibra en escuelas, parques, centros pioneriles ,
hospitales y en el corazón de nuestros pequeños, como ejemplo y guía de futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario