Nació en una
de las más bonitas playas del país, la de Siboney, en Santiago de Cuba y cultivó una hermosa obra musical.
Fue lo bello
parte de la vida de Francisco Repilado Muñoz, uno de los
íconos de la música popular cubana.
Reconocido mundialmente como Compay Segundo,
el famoso cantante y compositor, integró
una familia de humildes campesinos, quizás base de su sencillez y de los valores humanos que caracterizaron al
singular intérprete.
Muy pequeño tuvo que alternar en los oficios de barbero y
tabaquero para ayudar a la casa, pero nada lo apartó de la música, a la cual dedicó la existencia.
La grandeza de esa
estrella del Son está avalada por más de
cien composiciones, entre ellas el inolvidable Chan Chan .También por sus
cualidades como guitarrista, clarinetista
y percusionista e inventor del armónico, un híbrido de siete cuerdas.
El talento, sabiduría
popular, alegría y el contagioso ritmo de sus canciones completan la notoriedad del legendario trovador cubano, que disfrutó
del éxito en escenarios nacionales e internacionales.
Teatros de
ciudades como Nueva York, España y Francia vibraron al calor de su música llena de cubanía, aún
viva en admiradores de todo el mundo.
A los 95
años, el 14 de julio de 2003, nos dijo adiós. Desde entonces esta gloria de la
cultura cubana se eternizó en el
recuerdo de su pueblo.
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