El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene
facultades para anular los componentes principales del bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, declaró anoche
la Directora General de Estados Unidos de la cancillería cubana,
Josefina Vidal. Contrario a lo que algunos puedan pensar, esta política
de sanciones sigue vigente, lo único nuevo son las modificaciones que
entraron en vigor el 16 de enero pasado por los departamentos del Tesoro
y Comercio, explicó Vidal ante la televisión nacional.
Las modificacines aprobadas flexibilizan
de alguna forma las actuales prohibiciones de viajes a Cuba impuestas a
los norteamericanos, añadió.
Esos cambios permitirán además
determinadas transacciones comerciales, principalmente en la esfera de
las telecomunicaciones, y la posibilidad de que entidades financieras
del país norteño inicien operaciones en la isla.
Sin embargo, continúa vigente la
prohibición a Cuba de utilizar el dólar en transacciones con otros
países, algo que el jefe de la Casa Blanca puede revertir si tiene la
voluntad política para hacerlo, dijo Vidal.
En general, el presidente Obama puede
"sepultar las partes fundamentales del bloqueo" mediante el uso de sus
facultades ejecutivas, añadió.
La funcionaria diplomática agregó en sus
declaraciones a la televisión nacional cubana que existe solo un grupo
reducido de cuestiones regidas por leyes aprobadas en el Congreso, como
es la prohibición de que los estadounidenses realicen turismo en Cuba.
Tampoco el jefe de la Casa Blanca puede
permitir que la nación caribeña realice transacciones con empresas
norteamericanas en terceros países, a pesar de que sí puede autorizar
vínculos de entidades de la isla con corporaciones ubicadas en
territorio norteamericano, acotó.
Además, el presidente no tiene potestad
para permitir que instituciones financieras del país norteño otorguen
créditos a sus contrapartes cubanas para adquirir productos o servicios,
pues los pagos tienen que ser en efectivo y por adelantado.
En cuanto a la Ley de Ajuste Cubano
(LAC), aprobada por el Legislativo estadounidense en 1966, Vidal dijo
que es el principal estímulo a la emigración ilegal hacia el país
norteño.
Destacó que es imposible mantener una
relación migratoria normal entre ambas naciones mientras esté vigente
dicho estatuto legal.
En igual sentido actúa la política de
pies secos - pies mojados, que no es un estatuto del Congreso sino una
decisión de Gobierno, instaurada en 1995 por el presidente William
Clinton.
Esa política establece dar refugio a los
cubanos que llegan a tierra estadounidense y devolver a quienes son
interceptados en alta mar.
Vidal dijo que existe confusión sobre la
aplicación de la LAC, pues es una pieza legislativa que otorga
facultades discrecionales al Fiscal General de Estados Unidos para
otorgar o no beneficios a los cubanos.
Pero esa no es una acción automática, como se ha hecho en las últimas décadas con motivaciones políticas, señaló.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-t1w_jmP84sDD96H8eZMrx6AQ3sTHpw75CT8-J49NaauAUj4DSBDgn2BxC2b-E49-cV_isWy1uwAuIjYXdkeaN-n4kV7It3BJDvLsldxZX0uPMl7muCJvemYpbrxOhUxPE-XJow0wWC4/s1600/banderas.jpg)
Recordó que la llamada Ley Helms-
Burton, que entró en vigor en 1996, codificó todas las estipulaciones
que conforman el bloqueo y las convirtió en acta legislativa que a
partir de entonces solo puede cambiar el Congreso norteamericano.
Sin embargo, esa ley también otorga al
presidente de Estados Unidos la facultad de autorizar mediante licencias
algunas posibilidades de interrelacionarse con Cuba y tal es el caso de
las recientes medidas para flexibilizar las prohibiciones de viajes de
estadounidenses a la isla, dijo.
También, acotó, carece de potestad para
permitir que los norteamericanos visiten la mayor de las Antillas en
calidad de turistas.
La funcionaria resaltó la importancia de
la decisión de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, anunciada el
17 de diciembre pasado, de restablecer las relaciones diplomáticas y
avanzar hacia un proceso de normalización de los vínculos bilaterales,
sobre la base del respeto mutuo y la observancia de los principios del
derecho internacional.
Añadió que este es un proceso largo y
difícil, que requiere tiempo, esfuerzo, trabajo, solución de temas
complicados, pero lo fundamental es que ofrecerá la oportunidad de
mejorar las comunicaciones entre ambas partes, ampliar los intercambios
culturales y establecer una dinámica en general más positiva entre los
dos países.
La funcionaria reiteró que en estas
negociaciones en ningún momento estarán en juego los principios en que
se basa el ordenamiento político interno en Cuba.
Pero en cambio, señaló, es Estados
Unidos el que debe desmontar proyecciones negativas que mantiene hacia
la isla, en particular la política de sanciones unilaterales.
Es preciso además discutir el tema de la
base naval estadounidense en Guantánamo, en el este de Cuba, que
Washington mantiene contra la voluntad del pueblo y el Gobierno cubanos.
También hay que incluir las
transmisiones radiales y televisivas que violan las normas
internacionales sobre el tema, entre otras acciones.
Delegaciones de Cuba y Estados Unidos
sostuvieron conversaciones oficiales el 21 y 22 de enero pasado, durante
las que abordaron temas como la emigración ilegal y el curso hacia el
restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el restablecimiento de
embajadas en ambas capitales.
(Tomado de
Prensa Latina)