jueves, 28 de octubre de 2021

Camilo.

 I

Jinete en el aire fino,
¿dónde estará, dónde cayó,
el comandante Camilo,
que no lo sé yo?
Entre la tierra y el cielo,
¿adónde fue donde voló
el comandante Cienfuegos,
que no lo sé yo?
II
Sin cruz vino la muerte,
sin sepultura, nada.
Un rayo apenas de luz inerte,
su vacía, su redonda mirada.
(Lentas guitarras de ardor marítimo
llegan llorando a llorar conmigo.
Llegan violetas color obispo:
morado luto mortuorio fijo.
Raudos machetes de amargo filo
y girasoles luto amarillo).
III
Duerme, descansa en paz —dice la mansa
costumbre de las flores, la que olvida
que un muerto nunca descansa
cuando es un muerto lleno de vida.
Ahí viene, avanza el río
de su barba serena.
Suena su voz, su permanente voz resuena,
arde en la patria pura un gran fulgor de estío.
Se oye ¡Partir!, que ordena
y partimos. ¡Avanzar!, y avanzamos.
Todos lo mientan, dicen:
—Puño de piedra, resplandor de paloma,
el aletear del corazón te damos;
oh joven padre, toma
nuestra violenta sangre en peso: ¡Vamos!
Dedicado a Camilo Cienfuegos, desaparecido físicamente el 28 de octubre de 1959.
Autor Nicolás Guillén
Puede ser una imagen de una o varias personas y barba
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