“El agua siempre deja beneficios”. Así afirman personas con la sabiduría que otorga un día tras otro.
Las lluvias de mayo hacen que los jardines se muestren multicolores, la naturaleza reverdezca y la agricultura progrese.
En Pinar del Río, el mes transcurre con honor a las precipitaciones y de qué manera.
Pero “ojo” en esta etapa con un enemigo peligroso, que goza de los constantes aguaceros y las altas temperaturas para su proliferación.
Se trata del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue y otras enfermedades.
Ante esta realidad Salud Pública mantiene una estricta vigilancia epidemiológica y los operarios de la campaña cumplen con las tareas de control antivectorial correspondientes, para en conjunto, erradicar los focos.
Pero en esta batalla sin tregua, el empeño tiene que ser de todos, para revertir en salud, los cuantiosos gastos que el Estado hace en aseguramiento técnico y de fuerza laboral.
Nada hay nada más preciado que la vida.
Con esta premisa como máxima, en la provincia se intensifican las labores de saneamiento medio ambiental, la fumigación en los hogares, el chequeo autofocal por parte de las familias en sus hogares y el uso de abate en los depósitos de agua.
Es deber ciudadano permitir la entrada a las viviendas y otros locales de los campañistas para el tratamiento adulticida y mantener puertas y ventanas cerradas por el tiempo establecido. De lo contrario el esfuerzo es en vano.
El país dedica miles de recursos a la lucha antivectorial, pero ello no resulta útil , si la población no tiene una real percepción de riesgo y por tanto, no se protege de los posibles criaderos.
No a la irresponsabilidad.
Es necesario un cambio en el comportamiento individual que ayude a ahuyentar el indeseable visitante.
Basta con mantener la higiene en el hogar, los depósitos de agua bien tapados, los patios libres de recipientes y otros objetos que pueden ser reservorios de larvas.
La provincia pinareña tenía hasta el 19 de mayo, más de 250 focos de Aedes ageypti , cifra superior a la registrada en igual periodo del año anterior, con mayor incidencia en el municipio de Pinar del Río, que comprende mayoritariamente a la ciudad.
Ello demuestra que a pesar de la precisa vigilancia, aún falta mucho por hacer para desterrar definitivamente el dañino insecto de nuestras casas y centros de trabajo.
En este objetivo la acción de la comunidad es decisiva .No se puede bajar la guardia, porque lo que está en juego es la vida.
¡Protégela!
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