sábado, 12 de mayo de 2012

Para el amor no hay distancia.

Mayo es un mes especial, los jardines nos alegran con su colorido,   el verde de la naturaleza se torna más intenso y  hasta se cree en la belleza que anuncian las primeras lluvias.

Esta  beldad se agiganta, con la celebración cada año de  una jornada colmada de sonrisa, agasajo, y amor dedicado a ese ser dechado de virtudes, que es la Madre.

El segundo domingo  de mayo en Cuba, deviene  reunión familiar, donde el principal reclamo es  la hidalguía de los retoños, sol de nuestra alma.

Sin embargo, hay hijos  privados del tradicional momento de bendición y reconocimiento a esa persona que es brújula en los quebrantos y luz en la nocturnidad.

  Frías e injustas rejas  les impiden  el  anhelado beso   a la mamá querida. Nuestros Héroes Prisioneros del Imperio no vivirán  el abrazo filial y de íntima felicidad. 

Tampoco,   el instante de planear el acontecer de mañana, ni saborear la sabrosa comida  que solo ella sabe hacer.
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En cambio, estarán con  nosotros el honor intacto, la moral alta, y el espíritu   de esos compatriotas, porque el amor y la justicia no entienden de distancia.
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Este segundo domingo del quinto mes del año, puede  ser  una nueva oportunidad para que todas las madres aúnen voluntades y esfuerzos, en la lucha por la liberación de cinco hermanos presos injustamente en los Estados  Unidos hace más  de 14 años.

Hagamos de la fecha una mezcla de afecto y homenaje,   denuncia y patriotismo, para que como flores se abran nuevas esperanzas.

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