Amplia participación en los hechos tuvieron jóvenes de la tierra roja de esta provincia, que en numeroso grupo, tomaron parte en los asaltos al cuartel Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
!Hay sangre de Artemisa brillando en la Bandera! .Que gran razón la del poeta Jesús Orta Ruíz.
Honor permanente a los héroes y mártires de ese municipio, en aquel entonces perteneciente a la provincia vueltabajera.
Bravura y dignidad hay a lo largo y ancho del territorio.
Otros pinareños también intervinieron en la gesta en busca del camino por la definitiva independencia.
Uno de ellos fue Lázaro Hernández Arroyo, integrante del grupo que atacaría el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.
Esta acción se realizaría de forma simultánea con la del cuartel Moncada. Si bien no se alcanzó el éxito, ratificó la validez de un revés convertido en victoria.
Tras el incidente Hernández Arroyo sale de la ciudad pero es delatado y posteriormente asesinado por esbirros de la tiranía
¡Que crimen cometieron!. Segaron una vida en flor, un alma llena de esperanzas e ilusiones, un hombre, en toda la extensión de la palabra.
Revolucionario de convicción.
Un humilde hogar del reparto Oriente, en la ciudad de Pinar del Río lo vio nacer, demarcación que hoy lleva su nombre, en honor a quien vive eternamente en el corazón de amigos y familiares.
Como niño pobre que era, le estaban negados los estudios. Desde los doce años comenzó a trabajar por un mísero salario.
En busca de otros horizontes se traslada a la capital del país y es ahí donde se integra a la actividad revolucionaria.
Lázaro Hernández Arroyo late en cada niño con escuela, en los jóvenes con estudios asegurados hasta la Universidad, en el barrio, donde los mayores lo veneran y los más pequeños continúan la gloria de su ejemplo.
A él no lo recordamos con lágrimas, celebra con nosotros el Día de la Rebeldía Nacional, porque continúa vivo en el alma de la Patria.
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