miércoles, 12 de agosto de 2015

El recduerdo eterno a los Hermanos Saíz Montes de Oca.

El tiempo no ha podido saldar la inevitable deuda que tenemos los pinareños con  la grandeza de dos hermanos vivaces, llenos de esperanza e ilusiones que presumimos viven mas desde que murieron.

Sergio y Luis Saíz Montes de Oca, fueron niños que crecieron en una hermandad de profundas raíces, estudiosos fervientes de la obra martiana que supieron  erguirse verticales en la vida, como lo hicieron ante la muerte , a cargo de manos asesinas.


Sergio, el mas pequeño, nació el 8 de enero de mil 940, en el municipio de San Juan y Martínez, provincia de Pinar del Río .


Sus inquietudes políticas se hicieron palpables cuando estudiaba en el Instituto de Segunda Enseñanza, en la capital provincial, donde fue electo secretario de la Asociación de Alumnos, y como defensor de ellos abogó por la erradicación de los fraudes en los exámenes, la venta de notas y el amiguismo con el profesor para obtener buenas calificaciones.


Los sanos propósitos del joven sanjuanero  perseguían también que llegara  a todo el pueblo el conocimiento de los derechos civiles,  se elevara el nivel de escolaridad y la conciencia política de obreros y campesinos.


Con esas ideas creó en su pueblo natal una escuela popular nocturna donde se impartían nociones de Derecho Constitucional, Moral y Cívica y Economía Polìtica, centro que fue boicoteado por la policía y más tarde clausurado.



Luego del asalto al Palacio Presidencial, protagonizado por jóvenes revolucionarios, Sergio  lee ante el claustro de profesores del Instituto el documento ¿Por qué no vamos a clases?, en el cual critica la situación existente en el país y  el sentir del estudiantado ante los hechos ocurridos el 13 de marzo de mil 957.


“Ser estudiante es sentir muy dentro  un latirSus inquietudes políticas se hicieron palpables cuando estudiaba en el Instituto de Segunda Enseñanza, en la capital provincial, donde fue electo secretario de la Asociación de Alumnos, y como defensor de ellos abogó por la erradicación de los fraudes en los exámenes, la venta de notas y el amiguismo con el profesor para obtener buenas calificaciones.


.Los sanos propósitos del joven sanjuanero  perseguían también que llegara  a todo el pueblo el conocimiento de los derechos civiles,  se elevara el nivel de escolaridad y la conciencia política de obreros y campesinos.

Con esas ideas creó en su pueblo natal una escuela popular nocturna donde se impartían nociones de Derecho Constitucional, Moral y Cívica y Economía Polìtica, centro que fue boicoteado por la policía y más tarde clausurado.


Luego del asalto al Palacio Presidencial, protagonizado por jóvenes revolucionarios, Sergio  lee ante el claustro de profesores del Instituto el documento ¿Por qué no vamos a clases?, en el cual critica la situación existente en el país y  el sentir del estudiantado ante los hechos ocurridos el 13 de marzo de mil 957.


“Ser estudiante es sentir muy dentro  un latir  de patria, es cargar bien pronto con las responsabilidades de un futuro mas justo y digno, es guiar al ciego y llevarlo al porvenir”.


 Consecuente con sus pensamientos fue jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de julio  en el lugar de residencia, y enérgico como era se enfrentó a la muerte sin  doblegarse ante el asesino que trató de vejarlo públicamente.


Mucho se ha hablado de la valentía, heroísmo y coraje de los Hermanos Saíz Montes de Oca;  cualidades que no están reñidas con la sensibilidad poética  que plasmaron en una obra que aunque corta dejó huellas profundas  de gran sentido humano, patriótico y sentimental.

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