domingo, 13 de enero de 2013

4,6 de mortalidad infantil: Otro esfuerzo común por una niñez sana.

La realidad de que  nuestro país cerró el 2012 con una tasa  de mortalidad infantil  de 4,6 por cada mil nacidos vivos, la más baja del continente americano, nos  hace ratificar el orgulloso  por  las conquistas alcanzadas.

Lejos están estos números de ser  cifras frías.  Detrás  de ellas hay   mucha calidez  y  representan  bienestar y satisfacción en las familias  cubanas.

No es casual ni obra de milagro que durante cinco años consecutivos este indicador se mantenga por debajo de cinco en un país pequeño, pobre y además bloqueado por  una potencia, donde paradójicamente  millones de niños carecen de cobertura sanitaria.

Para regocijo  de todos, priman  como aspectos inobjetables en el éxito, la calidad, nivel científico y consagración del personal médico y para médico, el esfuerzo de directivos  y la voluntad y decisión del Gobierno de mantener un sistema sanitario   gratuito  para toda la población.

Igualmente  reconocidos son  el desvelo de los trabajadores del sector, la labor de los centros asistenciales  e instituciones de atención primaria y organizaciones de la sociedad, donde  la vida es el primero de los derechos humanos.

Ello  reafirma  que el resultado no es un hecho aislado, en él  están  implícitos también,  además del compromiso del Estado, la participación comunitaria   , los conocimientos adquiridos por la población, las campañas de promoción y prevención y el amplio programa de vacunación que abarca a todos los niños.

El privilegio  que merecen

Aunque  para nosotros resulta cotidiano,  la prioridad que tienen las gestantes en nuestra sociedad es   excepcional, y se sustenta en estrategias de  carácter humano y  justeza social  para proteger  a la madre y al niño.

Desde las primeras semanas  las embarazadas reciben  una rigurosa atención y seguimiento mediante las consultas prenatal.Las que presentan algún problema tienen a su alcance  los  hogares maternos  donde  sin costo alguno se les brinda  apoyo nutricional  y un programa de educación para la salud.

A todas se les realizan  exámenes de diagnóstico para evitar enfermedades graves en los futuros hijos o detectar malformaciones congénitas, lo que constituye tranquilidad para madres y padres.

Es imposible en poco espacio detallar   cuanto amor,   arrojo  y recursos  dedica la sociedad  cubana  a la salud , el bienestar  y la sonrisa de un infante:Otro esfuerzo común por una niñez sana.





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