Jesús Cejas Arias:De vuelta a la Patria.

La operación Cóndor durante la dictadura militar en Argentina les arrebató a Miguel y a Rosa, en 1976, la alegría del hijo varón mayor, el jimagua con Teresita. Casi 37 años de incertidumbres y esperanzas concluirán muy pronto con la llegada de los restos de Jesús Cejas Arias a tierra cubana.

Estará otra vez cercano a la familia que lo vio nacer. Ya no escucharán la risa de los años mozos, pero el recuerdo y el orgullo de su corta e intensa vida será un consuelo.

Eso deseaban, conocer el destino de su Chuchi, si estaba vivo, esperanza remota que los padres guardaban en lo más profundo, aunque la realidad lo vislumbraba imposible; y si estaba muerto, tener al menos un lugar al cual llevarle flores.

Fue junto a su hermana el mayor de nueve hijos. El matrimonio de sus padres vería consecutivamente cómo la prole crecía con el posterior nacimiento de otras dos parejas de jimaguas y tres retoños más.

Jesús fue una de las víctimas de la dictadura argentina en la década del 70, cuando formaba parte de la misión diplomática de Cuba en ese país. Su cadáver se encontró recientemente en un barril sellado con cemento en Buenos Aires. Apenas 22 años tenía cuando el nueve de agosto de 1976 fue secuestrado junto a Crescencio Galañena Hernández en una calle de esa capital, frente al parque Belgrano.

El 17 de agosto se conoció de una carta en la que supuestamente los jóvenes anunciaban su deserción, estrategia que perseguía desacreditar la misión diplomática cubana y evitar así ofrecer explicaciones por la desaparición de ambos.

Miguel Cejas Alfonso, de 84 años, asegura que quien lo conocía bien sabía que su hijo no desertaba.

"Yo tenía la certeza de que no era posible. Lo imaginé infiltrado, preso, trasladado a otro país. Por mucho tiempo pensé que a lo mejor estaba en Chile que vivía una situación similar a la de Argentina, pero siempre mantuve la esperanza de que estuviera vivo.

"Después de 10 o 15 años ya sabía que era demasiado tiempo sin tener noticias de él ni recibir una carta. Entonces me quedaba el consuelo de que aparecieran los restos. Yo estaba al tanto de las cosas y las torturas que se cometían en esos países, pero nunca supe nada concreto".

Conducidos al centro clandestino Automotores Orletti, sede del Plan Cóndor, fueron torturados y asesinados. La presencia y accionar de la CIA en el plan fue descubierta después. El terrorista Luis Posada Carriles destacó el asesinato de Jesús y Cres-cencio como uno de sus éxitos en la lucha contra el "comunismo castrista".

De ahí a la fecha el paradero del cuerpo fue desconocido. Elena Cejas Arias, hermana de Jesús explica: "Yo recuerdo que cuando trajeron la noticia del secuestro vivíamos en una casa de tabaco porque la nuestra estaba en reparación. A mi mamá le dio una cosa, se enfermó de los nervios.

"Después del rapto se nos informó que estaba muerto, pero había muchas versiones y al final no se sabía nada. Decían que lo habían cimentado en los muros de un edificio en construcción, otros que en un tanque, que lo torturaron, pero no se encontraba el cadáver.

"Se insiste en la búsqueda de los restos; se hicieron análisis a los hermanos, a los padres, a mi hermana que es jimagua con él. De esa indagación incesante aparecen primero los de Galañena el año pasado y los restos de él recientemente".

Él fue sepultado en un tambor metálico de 200 litros de capacidad y rellenado con cemento, muy cerca del lugar donde aparecieron los cadáveres de su compañero y de los argentinos María Rosa Clementi de Can-cere, maestra en la embajada de Cuba en aquel momento, y Ricardo Manuel González, quienes también estaban desaparecidos.

Cuenta Miguel que su hijo era fuerte de carácter, pero muy sano y trabajador, que nunca le gustaron las injusticias.

"Él siempre me ayudó en el campo, con los bueyes, y era muy cariñoso con los hermanos. Desde que estaba en la escuela defendía a los otros niños de los castigos, tenía un temperamento rebelde para esas cosas, aunque era bastante noble.

"Al terminar el sexto grado no pudo seguir estudiando porque por el transporte era muy difícil trasladarse hasta Pinar. Entonces se mantuvo trabajando conmigo en el tabaco, lo cual hacía desde chiquito.
"Después se integró a la Columna Juvenil Campesina, y a las filas de la UJC, donde llega a ser secretario general del comité de base.
"Cuando comenzó el Servicio Militar Obligatorio le dije: ve pensando porque a veces te dan la oportunidad de seguir en lo militar, y me respondió: 'si es en el Minint sí me quedo, si no vengo para acá a trabajar contigo en el tabaco'.

"Entra al SMO y hacen una selección para unos cursos. Solo lo escogen a él y a otro muchacho y va para La Habana. Desde entonces venía poco a la casa y yo le preguntaba por qué no lo hacía más a menudo, a lo que contestaba: 'No puedo acostumbrar a la vieja a que me vea mucho porque si me voy para una misión me va a extrañar'.

"Luego de un tiempo me explicó que le habían propuesto una misión. Quiso hablar de algo y yo le contesté que no quería saber nada, solo que se cuidara si era para un país capitalista; entonces dijo que era para la Unión Soviética y hasta el secuestro no supe que estaba en Argentina".

Los restos de Jesús Cejas Arias fueron encontrados gracias a la búsqueda del equipo argentino de Antropología Forense y la constante cooperación y esfuerzo de la sede diplomática de Cuba en ese país.

Teresita Cejas Arias, hermana jimagua del héroe, lo recuerda con orgullo y nostalgia y agradece infinitamente el empeño en la búsqueda de su hermano.

"Éramos muy unidos, nos confiábamos cosas íntimas y cuando coincidimos por mis estudios en La Habana a veces salíamos juntos con sus amistades. Antes de partir me llamó para despedirse. Era un líder donde quiera que estuviera, en la escuela, en el trabajo. Incapaz de traicionar sus principios, su moral y así lo recuerdo, con orgullo, con cariño.

"Debo agradecer mucho a los gobiernos cubano y argentino, porque no cejaron ni un momento en la búsqueda, hasta que al fin vamos a tener un lugar para rendirle homenaje".

El padre expresa que hoy siente una mezcla de consuelo y dolor. Esa es la única forma que encuentra para describir sus sentimientos.

"El dolor es inmenso, porque es la confirmación de su muerte, aunque uno lo imaginaba, pero no es lo mismo. Al fin lo encontramos, lo vamos a tener aquí. Pero también pienso que es un consuelo y así se lo digo a la vieja, vamos a tener un lugarcito donde ponerle flores, sabiendo que está ahí.

"Sé que va a ser difícil. Estuvimos en el velorio de Crescencio y yo que no soy una persona débil me emocioné. Pero mi hijo descansará en el Panteón de los Mártires Caídos en la Defensa de la Patria como se lo merece".

El regreso de los restos de Jesús pone punto final a más de tres décadas de desconocimientos, dudas e incertidumbres. La huella terrorista esparcida por Suramérica en la década del 70 llegó hasta la familia Cejas Arias.
Sus padres, hermanos, demás familiares, amigos y todos los pinareños, le rendirán próximamente tributo en el Palacio de la Ciudad, para acompañarlo después hasta el cementerio municipal.

Así se cierra una triste página de la historia, con la certeza de que nuestros muertos no serán nunca olvidados.(Dorelys Canivell Canal)