jueves, 13 de junio de 2013

Taichi:Salud y vida.

Bien temprano, en las mañanas, el céntrico parque Roberto Amarán, de la capital pinareña se  colma de plateadas cabelleras y  espíritus que no marchitan.

Antes que el sol caliente, decenas de abuelas y abuelos  ocupan  la amplia instalación para  realizar ejercicios de taichi, milenario arte marcial chino, cuya práctica   suma cada vez  más adictos en Cuba.

Dados a la felicidad de vivir, ciudadanos  mayores de 60 años, fundamentalmente,  dedican  espacio de su tiempo libre a una actividad   con probados beneficios para salud física y mental del individuo.

Cuando el  astro rey declina,  en    otras plazas públicas de la ciudad vueltabajera, también personas de la tercera edad, desafían la vejez con ejercicios, giros y  movimientos  suaves y armoniosos que contribuyen al bienestar y  la vitalidad.

 Nada de milagro

Mery y Xiomara, mis vecinas, hace tres años se incorporaron al Taichi. Desde entonces hay un cambio notable en sus vidas. Atrás quedó el estrés e incrementaron el  ánimo  y la fuerza.

Ambas, ya jubiladas, realizan los quehaceres del hogar, hacen mandados, y  otras diligencias que contrastan con la edad.
Según ellas, gracias al Taichi,  mejoró su calidad de vida.

Fuente de salud y vida.

 Materiales consultados indican, que la practica sistemática favorece  la concentración, las funciones respiratorias y cardiovasculares, además de fortalecer los músculos y articulaciones.

Contribuye a controlar la hipertensión arterial, la Diabetes millitus y el Asma bronquital, entre otras dolencias.

Todo ello es razón poderosa para apropiarnos del milenario Taichí, máxime si tenemos en cuenta el acelerado proceso de envejecimiento poblacional en Cuba.

 No es de  asombrarse  entonces, que tanto  al amanecer como   en las tardes, veamos a  adultos mayores   imprimiéndole  “juventud” a la vejez.











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