miércoles, 11 de septiembre de 2013

Juan Almeida:Querido Comandante



Entereza y valentía en el combate,  peculiar sensibilidad por el arte y patriota de talla excepcional, definen a  Juan Almeida Bosque como el hombre excepcional que fue.

De cuna humilde, la necesidad lo llevó a trabajar desde joven para ayudar a la numerosa familia. Comprendió  que la lucha era el camino para salir de esa penuria y ver a la patria libre.

Con esa convicción, se une a los que combaten contra la dictadura de Fulgencio Batista y se vincula a Fidel Castro, ambos establecieron una buena amistad que los acompañó hasta el último instante de la vida de Almeida.

“No sabía, ni tampoco nosotros, cuánta tristeza nos traería la noticia de su ausencia física”. 

Así lo señaló el jefe de la Revolución en  sus reflexiones, en ocasión del deceso de quien  permaneció siempre junto a él en la primera línea de combate.

Para Fidel, como él mismo ha dicho, constituyó un  privilegio conocer aquel joven negro, obrero, combativo, que sucesivamente fue jefe de célula revolucionaria, combatiente del Moncada, compañero de prisión, expedicionario del Granma, oficial del Ejército Rebelde  y Comandante del Tercer Frente Guerrillero.

Luego del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 sus cualidades de héroe se hicieron sentir igualmente en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en el Partido, el Gobierno, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y en cuanta misión le fue encomendada.

Nada de contradictorio hay entre el  combatiente con  coraje en las venas y el intelectual con música en el alma.

Hoy, en el cuarto  aniversario de su muerte tararear sus canciones   y reafirmar la histórica frase de Alegría de Pío ¡Aquí no se rinde nadie! es el mejor homenaje al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, hombre corajudo y de exquisita sensibilidad humana.



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