lunes, 31 de diciembre de 2012

Fin de año a lo cubano.

Nos separan  escasas horas del nuevo año. El 2012 pasa a ser historia: dos acontecimientos que distinguen a diciembre  como el mes más bonito.

Es momento de  nostalgia por el adiós y  de   dicha  por  las metas alcanzadas. Pueden ser, el hijo que obtuvo las mejores notas; la llegada a la Universidad; el cumplimiento de  una misión internacionalista; el   inicio de la vida laboral;  y el sublime estreno como padre o madre, cúspide del amor.

 No todo fue perfecto, pero   sobran  irrefutables muestras de garantía para afirmar que el 2012 fue un paso de avance para el país.

 Marcaron pauta el programa de atención a los adultos de la tercera edad; el 4,6  de mortalidad infantil;  derecho  al trabajo, a la educación, a la  asistencia social,  y al deporte y la cultura.

 Al 2013  llegamos  con ímpetu renovado para asumir un período que demandará amor y persistencia.

Sometidos a un bloqueo, cuyo impacto económico asciende a millones de dólares, nuestra  actitud no admite alternativas, tiene que ser de arrojo, trabajo consciente y eficiencia, para preservar la obra que  hemos creado y por tanto, nos pertenece.

Los cubanos no entendemos de adversidades, ante ellas nos crecemos. Nadie nos puede quitar la sonrisa, ni  que le tendamos la mano a quien lo necesita.

Continuaremos con  la actualización del modelo socioeconómico, seguirá en ascenso el trabajo por cuenta propia y nuestras voces  se alzarán, hasta lo más alto,  por el reclamo   de los Cinco compatriotas retenidos injustamente en Estados Unidos.

La coincidencia del primer día del año con el aniversario 54 del Triunfo de la Revolución, es motivo  para festejar, ese es el ambiente que  se respira  en centros de trabajo, calles  y hasta en la propia casa, con preparativos para pasarla en grande.

Si bien es cierto que no contamos con abundantes recursos, nos sobran motivaciones, alegría  y fuerzas para hacer de la fiesta de fin de año, el tradicional momento que reúne a familiares, vecinos y amistades en un brindis por la salud, la prosperidad y la vida.

Es el instante de los besos, los abrazos, las llamadas  para felicitar a amigos  y desearles  imprimir nuevos soplos a lo cotidiano.

Cada familia cubana reserva los mejores adobos, elabora exquisitos platos y variados postres, que brinda  con placer a  visitantes,  y hasta comparte  con quien  tiene  menos  posibilidades. ¡Hay algo más hermoso que esa solidaridad!.

Así de especial es el último día de diciembre en Cuba, cuando reafirmamos  el orgullo de ser y sentir “A lo cubano”,  y de vivir en “la tierra más hermosa”.

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